En la nota anterior inicié el tema de las parejas swinger.
Según una encuesta realizada por NASCA, cada vez son más las parejas que se inician en el mundo Swinger. Los últimos datos ofrecidos hablan de que en cada reunión realizada, el 20 % de los asistentes son parejas que concurren por primera vez.
Varias páginas de internet ofrecen contactos con otras parejas , solas y solos que quieren descubrir este mundo, por lo general son administradas y moderadas por parejas del ambiente.
El primer encuentro suele darse a través de internet utilizando el chat como medio para compartir las expectativas de cada uno de los integrantes de la pareja, que quieren hacer y que no, cuáles son sus límites. Se suelen utilizar nombres de fantasía, pseudónimos y frecuentemente se piden mutuamente los teléfonos o una conexión de video chat para comprobar que del otro lado esta quien dice estar, ya que por este medio muchas veces haciendo uso del anonimato que Internet posibilita, muchos hombres solos dicen ser mujeres y mediante esta falsa identidad obtiene información o consigue fotos y relatos que solo alimentaran sus fantasías personales.
Cuando una pareja comienza a hablar de sus fantasías con otras personas, y deciden concretarla/s, pueden sucederse dos situaciones posteriores, que la experiencia sea gratificante para ambos, que los retroalimente positivamente, generando mayor complicidad entre los miembros o el caso contrario que alguno de los dos miembros se incomode, se ponga celoso, que en el caso de que sea un tercero este intervenga jugando con solo uno de los dos y genere un gran distanciamiento o ruptura en la relación.
Con este decisión se pasa de las claras reglas de la relación de pareja monogámica tradicional a un terreno nuevo donde cada integrante tiene que conocerse mucho y conocer al otro, y juntos plantear las nuevas reglas y límites personales y de las pareja, ya que no están dados desde afuera.
La comunicación de la pareja, la claridad de cada uno, la sinceridad con uno mismo y con el otro y el respeto mutuo son valores esenciales para incurrir en estas experiencias con éxito.
Las parejas que deciden abrir la puertas de su vida sexual, y compartir aunque sea una experiencia con otros, siendo una pareja en donde vive el amor mutuo y se disfrutan sexualmente, es decir sin que exista una falencia sexual o un desgaste, si no por el contrario donde la sexualidad se disfruta y se conoce al compañero/a y que pudieron vivir esta experiencia enriqueciendo a la relación, hablaron de que les gustaba y que no, de quienes participarían, pensaron en cómo se sentirían después, si elegían amigos o conocidos, se plantearon como continuaría la relación con estas personas, lo hablaron claramente con los participantes así como ellos les contaron sobre sus límites y se dieron el permiso para parar si no se sentían como pensaban, dejaron fuera todas las actividades que les generaban dudas. Dando respeto y respetando en una situación extrema fortalecieron su amor y su confianza.
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